jueves, 11 de noviembre de 2010

Inmigrante, sin trabajo y...retornado?

Hoy ha sido uno de esos días en los que abres el periódico y sencillamente te da verguenza agena lo que lees.
En el diario el País de España, se encuentra hoy en primera plana digital un artículo con dicho encabezado: "El PP Catalán conmina a los inmigrantes sin trabajo a que se marchen de España".

Señores, hay señores!
Se me cruzan los 4 apellidos y los dos nombres con tan sólo leerlo.
La verdad que los humanos tenemos la memoria bien frágil. Supongo que si fueramos menos cortoplacistas, meteríamos menos la pata.

Hace poco más de 40 años, la familia de mi mamá, como la de muchos otros españoles, se vió en la situación de buscar nuevas tierras donde sobrevivir.
Y hablo de sobrevivir, más que vivir. Tanto la familia de mi abuelo como de mi abuela, eran de clase media. Tenían tierras, etc. Mi bisabuelo materno era periodista y como decía tanto lo bueno como lo malo que hacían rojos y azules, lo enviaron a la cárcel. Estuvo 7 años (si mal no recuerdo) con pena de muerte.
Mi abuelo por su parte, era un general de bisabuelo. También lo echaron a la cárcel. Cuando ambos lograron salir, les dieron dos opciones: O al País Vasco o a Catalunya. Eligieron Catalunya porque eran muy trabajadores y el clima era más benévolo.

Llego la post guerra y con ella, la pobreza absoluta. ´Mi abuela y mi abuelo vivían con sus dos hijos y sus cuñados en una chabola. Tras años de esfuerzo compraron una casita en la Font De Fargas que ahí sigue en pie viendo hacia el mar.

Cuando ya no había trabajo y después de pasar las mil y un miserias en su país natal, mis dos valientes y desesperados abuelos decidieron tomar camino hacia la bien pintada Venezuela.  Meses después de que mi abuello llegara, mando a por mi mamá, mi tío y mi abuela. Una vez aquí, se adaptaron como la vida manda.
Se sumergieron en una sociedad con múltiples culturas, entre italianos, portugueses, americanos, alemanes y venezolanos. Y gracias a ellos y a las cientos de generaciones inmigrantes Venezuela llego a ser uno de los países más ricos y avanzados del mundo.

Cuentan que quien llegaba a Caracas pensaba que estaba en el cielo. Moderna, de amplias calles, multilingue, impecable, de gente educada. Vamos, lo que hoy es una Barcelona cualquiera ¿no?....bueno, sin hinchas, turismo exagerado y con menos años en las paredes.

Gracias a ellos nací en un país de oportunidades construído por inmigrantes. Aquí, cuando las cosas se han puesto feas, nadie los ha reenviado para su casa. Nadie los ha discriminado...bueno, ni tanto. Ahí tenemos al señor de la boina expropiando y nacionalizando, que es lo mismo.

Logro entender que los catalanes puedan cabrearse por el hecho de que con lo duro que trabajan tengan que pagar impuestos más altos, pejaes escandalosos, viviendas con precios exhorbitados y demás desajustes económicos.

Puedo entender incluso, que una sociedad se indigne por tener que mantener a inmigrantes ilegales, o soportar la marginalidad que se produce cuando no hay suficiente trabajo o que sencillamente arrastran como mala costumbre y se creen los reyes del mambo por poder exportar la malandrería. Ellos también me dan verguenza ajena.

En muchos casos, justos por pecadores a los inmigrantes -legales e ilegales- nos tildan de pobretones, iletrados o marginales. De excluídos sociales, clases inferiores o sencillamente escoria. Puedo entenderlo. No lo justifico, pero lo entiendo.

Lo que no me cabe en la cabeza, es que un partido político, por más conservador que sea, pueda "invitar" a los inmigrantes que ahora se encuentran sin trabajo a irse del país.

Señores dejenme decirles algo: NUNCA perteneceré a un partido que da dichas sugenrencias. Se me cae la cara de verguenza cuando oigo sendas animaladas, si es que con tales propuestas pretenden lograr adeptos.

Dejenme decirles damas y caballeros que muy pocas personas de esas que ustedes pretenden echar elegantemente del país han llegado a él por gusto. El inmigrante obligado como a í me gusta llamarle, se va de su país de origen porque la situación es insoportable.

Y el que inmigra por gusto...bueno, a ése hay que besarle los pies porque suele significar: más consumo, más impuestos pagados y mayor riqueza cultural.

La mayoría no pretenden ser ni un estorbo y mucho menos, comerse los impuestos de nadie.
Solo quieren trabajar, progresar y estar tranquilos. Disfrutar de una seguridad y de un sistema que no existe en su país.

Muchos, volvemos a nuestros orígenes con orgullo y nos dan este tipo de bofetadas.
Lamentable.
Asqueroso, y lamentable. NO hay excusa económica que valga. Si no hay plata, busquémosla, si hay que hacer cambios, hagámoslos, pero dejemos las ignorancias e intolerancias políticas que ya están bien rancias.

Como último, ésta reflexión: dígame de dónde son sus padres, o dónde han vivido. O si lo prefiere, a sus abuelos. Pregúnteles cómo se hubieran sentido si a ellos los hubiesen echado, de España, Cataluña, o del país al que emigraron.....o los hicieron inmigrar.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Criollo no, criollísimo

Muchas personas me piden que les describa mi país. Normalmente somos conocidos por el petróleo, por las Misses, las novelas, y desde hace 10 años -y para mi desgracia- por aquél que se hace llamar presidente, aunque en vez de gobernar expropia y ejecuta, vamos, un neo caudillo bien feo.

Hoy, le vi la otra cara a Caracas, mi ciudad natal y capital de Venezuela: La de pseudo misses, caudillos wanabe, pelabolas y huecos.

Esa de la que me acordaba, aún tratando de olvidarla. Me levanté a eso de las 6:45 am. A las 7:05 am ya estaba en el coche con mi madre dispuestas a hacer mil y un trámites. Primera hora de la mañana sale bien. Objetivo conseguido a pesar del ya insufrible tráfico matutino.

Desayunamos unas empanadas nada sabrosas, cuya masa parecía un masacote frío.

Dejo a mi mamá en casa y vuelvo a salir. Primer destino: El banco. Esas sucursales del infierno donde en vez de Nomos (como en Harry Potter) trabajan muchachitas mal educadas, con ese desgane típico del venezolano que trabaja porque sencillamente TIENE que trabajar (sólo que aquí hay un señor con boina roja que repite constantemente que eso de trabajar para el "imperio"  por ejemplo, bancos).


Llego, cojo mi número y comienza la espera. Dos horas después de que la muchachita ha visto el facebook, hablado por su Blackberry -Venezolana sí mijo, pero de india nada- y recibido a la respectiva amiga, que coleándose a los (lo siento, no hay manera de decirlo) webones (idiotas) se lanza media hora de conversación con su cara bien lavada y sin nada de verguenza delante de todos los -again-: WEBONES de la cola.

Me atiende, y yo queriéndola matar le exijo que cierre mi cuenta bancaria.
Listo. Bajo al estacionamiento después de DOS HORAS en el banco y zasca: la alarma del coche se ha quedado pegada y me encuentro paralizada una hora más en la sucursal de los webones.

Israel (un chico que trabajo hace años para mi mamá) viene a mi rescate en un Moto Taxi y desconecta la alarma.

Off we go. Ya son las 12:30 del medio día. Llego a casa después de más tráfico insoportable. Como y salgo de nuevo, again al banco. Al llegar trato de entrar al estacionamiento y veo que un hijo de su madre ha estacionado en TODA la entrada. Estaciono detrás de él, con tres coches detrás mío, entro a la sucursal, y pregunto quién ha sido el ANORMAL que ha estacionado ahí. Sorpresa, un chico que hacía 3 años había estudiado conmigo en la Metropolitana, la universidad más cara del país. Vamos, que las animaladas no sólo las hacen los malandos (pobres, marginados, ladrones) sino también aquellos imbéciles boliburgueses supuestamente cultos y con harto amor al orden, la educación y las buenas costumbres.

A medida que quería cortarle la cabeza a alguien, un muchacho muy amable me da su ticket para pasar al cajero y retirar el cheque. Punto positivo para ese joven caballero que contraresto al subnormal de mi ex-compañero de aulas.

Tercer destino: la farmacia. 15:30 de la tarde. Sigue el tráfico de las Mercedes -zona antiguamente Posh y actualmente de negocios-. Me impacta el precio de la medicina que voy a comprar y que debo encargar a EEUU porque: mija, aquí ya no vendemos de eso.

Que viva el control cambiario, la devaluación del Bolívar, ejem, que digo, Bs. Fuerte, y la madre que los parió.

16:00: Salgo de la farmacia off al supermercado. Sigue el tráfico y la radio ha sufrido exageradamente las expropiaciones y nacionalizaciones. Harta de la música llanera, el joropo, la salsa y las gaitas navideñas -sres. que estamos en noviembre!- me bajo del coche para entrar a mi último grado de depresión del día: Un supermercado sucio, con casi nada y carísimoooooo (dos pechugas de pollo, una lechuga, dos pimentones, unas moras, dos bolsitas de alfalfa y un 7Up: 46 euros -276.000 bolívares de los viejos, no de los fuertes).

Una mujer se me colea para pagar ella antes y de último, se me quedan las moras en el súper por lo que debo volver ya habiendo llegado a casa.

Así que bueno, ahí está amigos míos una breve radiografía de un día normal, para un venezolano. Vamos ir a Venezuela puede igualarse a irse, como bien lo indica la foto: Pa`l coño e`la madre. Toda una aventura para un Guiri y un cabreo definitivo para vuestra servidora. Entonces me digo, Vicky, no te enfades, no son crillos mi amor, sino criollísimos...dohhhh ésto es Venezuela hermano.

sábado, 30 de octubre de 2010

Efecto de Shock

Nuestra vida, como venía explicando en entradas previas, está llena de efectos "dohh". Pero a veces, a la vida hay que darle un efecto de shock.


Quitar la tirita de golpe no sólo nos permite ver viejas heridas, sino también las hermosas cicatrices que pueden dejar. Y no, no estoy siendo irónica (cosa común en mí). Hace 3 días decidí viajar a mi Venezuela natal para ayudar a mi madre a terminar de mudarse a España. Después de 5 años parece increíble que todavía estemos en esta guarandinga ( baile, meneo, valls, proceso).
Así que de golpe y petón encontré un ofertón en Atrapalo.com y me vine. En menos de 24 horas ya estaba de vuelta en la ciudad de las montañas infinitas, el aire tropical y las luces de los ranchitos.

Yo, ya había dicho adiós como quien dice adiós a sus muertos, o se despide de ese novio con cuya relación se pasaron tan buenos momentos. Como quien dice adiós a los amigos que se van si saber sin volverás a verlos, con un detalle: a mi amigo/novio/difunto, no pensaba verlo sino hasta dentro de mucho, cuando las cosas dieran un giro tan radical como el que han dado en los últimos 15 años.

Mis primeras impresiones fueron muchas. La primera: la cantidad de propaganda oficialista (pro gobierno) que inundaba el nuevo, y poco eficiente ala del aeropuerto de Maiquetía. Nada más desagradable que bajarse de un avión y ver algo tan moderno y bonito inundado de cartelones con frases como "Gracias al oficialismo 95% de la población tiene acceso gratuito a salud médica".......bueno, señores, vamos empezando que la salud básica no sólo es un derecho universal sino que SIEMPRE ha estado allí.
Lo más irónico es hablar con mi amigo Jaime, quien es médico y trabajó varios años en uno de los hospitales públicos de Caracas. Oírlo hablar de sus hazañas para salvar vidas sin materiales es algo que da entre risa, rabia y asombro.

Segunda impresión: "mamá, son cosas mías o hay más ranchitos?"....subir de la Guaira es una experiencia genial porque logras ver cuánto ha aumentado la pobreza precaria en este país: antes habían montañas: hoy, hay ranchitos (chabolas).

Tercera impresión: "coño, ésta ciudad sí es bonita".
Subir a Caracas y verla bañada de noche es elegante. Mi ciudad, con una fauna variopinta y un paisaje entre mezclado entre la pobreza y la pseudo riqueza, entre el modernismo más Newyorquino pasando por casas coloniales. Es sencillamente una ciudad bonita.
Qué pasa, a esta ciudad tan bonita le ha caído un manto de mierda, literalmente: basura, descuidos, rascacielos abandonados......vamos, desidia total.
Pero en el fondo, bonita.

Hoy abro viejas heridas, Había dicho adiós y no pensaba volver sino hasta dentro de mucho pero hice un efecto tirita. Y dohh!!! claro que duele. Esta herida no ha cicatrizado mucho. Es como la cicatríz de Harry Potter que se activa cada vez que el mal se acerca, aunque dudo que este viaje sea malo. Estoy viendo una cicatriz hermosa.....muy hermosa:

lunes, 18 de octubre de 2010

Sobre la "discriminación" de las mujeres en el trabajo

Estoy un poco cansada de leer artículos posts, y comentarios ultra feministas sobre la discriminación que sufrimos las mujeres en el mercado laboral.
Veamos, 
Yo no comparto la opinión de muchas mujeres las cuales afirman que hay un grave estado de discriminación laboral contra la mujer.

He podido trabajar en varios sitios y debo decir que en ninguno me he sentido discriminada por ser mujer sino más bien mal entendida, en según qué caso.

Creo que las mujeres tenemos la oportunidad de cambiar el mundo del management o de cualquier ámbito demostrando a los hombres que nos podemos adaptar a sus modelos de trabajo e incluso a sus formas y estilos de comunicación. Ellos son más directos, nosotras nos vamos más por las ramas. Ellos apuntan a lo concreto y ven todo de manera sistemática y nosotras vemos el trasfondo.

Si bien está claro que hay luagres de trabajo en los que las mujeres no son bienvenidas, también está claro que hay oficios o posiciones en la que los hombres no están bien vistos y en las que sufren burlas, vejaciones e incluso, rebajas salariales.

Particularmente trabajo de momento, en el sector de tecnología y puedo afirmar que somos pocas las mujeres en éste sector, sin embargo, cada vez somos más.
Quiero creer que es porque cada vez más hacemos ver que cualquier persona puede desempeñar casi cualquier cargo (y digo casi porque obviamente hay unos oficios o desempeños que son más indicados fisiológicamente para mujeres o para hombres, es más cuestión de fuerza física que de inteligencia o habilidades).

Así que no señoras feministas, soy mujer y NO me siento discriminada.
Creo firmemente que el machismo ha sido alimentado por no saber comunicarnos con los hombres y por no ponernos a su nivel (como cuando se habla con los niños, te entienden mejor si te agachas). Incluso por hacernos pasar por quienes no somos pensando que así protegeríamos nuestra feminidad. Y no es discriminación hacia los hombres. También creo que ellos deben practicar la empatía y esforzarse por entender a las mujeres sin estigmatizarlas ni referirse a sus actitudes con frases como "ay...eso es porque es mujer", y vs.

Muchas mujeres van por la vida actuando con tendencias masculinas, pensando que éso les hará una vida laboral más sencilla. Graso error: como en todo, las actitudes falsas dirigena resultados cortoplacistas y falsos. Si no eres dura, demúestralo y trata a todos muy coordialmente, eso si, no te pongas a llorar a la primera que tu jefe te da feedback. Eso más que feminista es poco profesional.

En cuanto a la brecha salarial, bueno, ahí si que estoy de acuerdo en que hay discriminación, sin embargo creo que es debida a que las mujeres somos menos propensas a saber negociar nuestro salario. No nos informamos bien sobre cuánto le pagan a las personas en nuestro cargo y si lo sabemos, muy pocas tenemos la fuerza y convicción en sí misma para pelear por su retribución (a mí me paso por ignorante. Ahora sé cuánto vale cada cosa que hago). ¿Negocias y te dicen que no? bueno, ahí cada quién ha de sopesar si acepta el trabajo o no. O mejor, si te preguntan cuánto quieres ganar, di: "lo mismo que gana el chico que tienen en el dpto. x"
De por sí te puedo decir que por lo menos dejaras una impresión porque muy pocas mujeres negocian el salario.

Creo que si todos comenzamos a practicar un poquito más la empatía y a nivelarnos con los demás, todo será mucho más fácil y ya no se oirán comentarios absurdos de pseudo feministas que confunden la falta de comprensión, de escucha o los signos de caballerosidad (como abrir una puerta, o dejar pasar primero a las señoritas) con machismo.

A mi que me traten como un ser humano, pero siempre como mujer o mejor, como una señorita.



domingo, 10 de octubre de 2010

Bienvenido a Efecto Dohh

Hola, soy Vicky (LA DE LA IZQUIERDA!), y quiero explicarte en qué consiste Efecto Dohh.


Seguramente no te has dado cuenta, o tal vez sí. Pero el Efecto Dohh es algo que nos pasa más frecuentemente de lo que creemos.

Probablemente también hayas visto algún capítulo de Los Simpson cuando Homer ha dicho su famoso "Dohh".

Un efecto Dohh (duhh, daaa, dahh, d'oh, o como quieras llamarle) es ese momento en el que todos caemos en cuenta de "algo" que hemos dicho, hecho, o más bien, dejado de hacer o decir. Incluso, es ese momento en el que nos damos cuenta de algo realmente tonto que ha dicho o hecho otra personal.
Vamos, expresar de una manera cavernícola (sin un lenguaje predeterminado = dohh) el caer en cuenta de algo.


¿Lo vas captando?
Si no, piénsalo un ratito y disfruta de tu primer "Efecto Dohh"